Bajo la luz inconfundible de una noche de verano, el latin jazz, la bossa nova y las palabras de mujeres importantes en la historia de la música se han reunido en la voz de Sole Giménez. Algo de huella debieron dejar las calles parisinas en las que nació esta artista, porque verla en directo ha sido transportarse a la esencia y raíz más naif de la música. Ahí en donde las melodías contaban algo y en donde las palabras eran poder. En donde había emoción y en donde un cachito de tu corazón podía grabar ese momento especial para acogerse a él cada vez que lo necesitase. Ahí, como en París, en donde solo parece respirarse arte.
Más de diez años hace desde que Sole Giménez terminase su etapa en Presuntos Implicados y, desde entonces, ha demostrado que su música tenía mucho que seguir contando. Sus dos últimos discos “Mujeres de Música I” y “Mujeres de Música II” son la puesta en valor de aquellas figuras que tanto han aportado al arte y cuyos nombres, sin embargo, quedaron ocultos por una sociedad liderada por la voz del hombre o que, en su lugar, con el tiempo van desapareciendo.
Chabuca Granda, Consuelo Velázquez o Cecilia han sido algunas de las artistas y compositoras rememoradas en este concierto lleno de sensibilidad. Sole insiste en la importancia de seguir dando voz a quienes en su día no pudieron alzarla lo suficiente. Pero, pese a ello, qué grandísimo legado han dejado.
Sole Giménez, canta a las Mujeres de la Música
La elegancia de Sole Giménez es notable sobre un escenario. A mí, incluso, me ha sorprendido. Porque, aunque la he escuchado en múltiples ocasiones; nunca en directo. El estilo musical al que le reza, desde luego va en sintonía para conseguir esa elegancia, pero su forma de modular la voz…esa voz delicada y fina pero llena de gusto; hacen una unión perfecta para que el público pueda disfrutar de una noche especial.
Me une a Sole Giménez su admiración por María Dolores Pradera, artista que con su marcha dejó en nuestros corazones un gran vacío. Reconozco en Sole mucho de ella, y de su «Fina Estampa». Canción que también versionó.
Antes de cada nuevo tema a interpretar, Sole narra la historia de su creadora o creador. La historia que inspiró esa canción. Y ¿cuántos artistas han dejado de contar a su público el porqué de sus canciones? Es un motivo más para aprender y, sobre todo en estos tiempos, empatizar.

Me quedo con su versión de “Un Ramito de Violetas”, o con la canción que narra el poema de Miguel Hernández “Tus cartas son un vino”. Me lanzo a agradecerle que me dé a conocer el nombre de la antes mencionaba Chabuca Granda y sus grandes canciones. O el de María Grever. Como cantautor, además de otras muchas cosas, conocer y reconocer el origen de grandes canciones como “Dos Gardenias” o descubrir nombres de grandes artistas, es un placer. Nunca dejaré de agradecer a quien me enseña. Por poquito que sea.
Me quedo también con el final al ritmo de “Alma de Blues”. Y me quedo con más ganas de Sole Giménez. De descubrirla más. De transportarme más allá donde lo que importa es el arte y la música. Allá donde se trate con delicadeza y se moldeen sus palabras en aras de solo hacer sentir. Y qué difícil es ahora hacer sentir. Por eso, cuánto valor tiene cada vez.
Pude disfrutar de Sole Giménez en su concierto “Noches de Verano” en Majadahonda. La primera vez de muchas.