Yves Montand fue un cantante y actor ítalo-francés. Después de que Mussolini llegó al poder, su familia emigró a Marsella para escapar del fascismo. Un gran cantante en su adolescencia, dejó la escuela temprano para trabajar en diversas industrias. Después de la Segunda Guerra Mundial, conoció a Edith Piaf en el Moulin Rouge, quien se interesó en su carrera y lo ayudó a convertirse en una estrella del canto, llevándolo a su debut en el teatro de París. También fue ella quien le dio su primer papel en el cine.
En 1953, cuando sólo era un conocido cantante, pasó al primer plano de la actualidad gracias a su actuación en el filme de Clouzot El salario del miedo (1953). Posteriormente participó en varias películas francesas, europeas y de Hollywood; en la meca del cine rodó a las órdenes de George Cukor El multimillonario (1960), película en la que compartió cartel con Marilyn Monroe, con quien sostuvo un efímero romance.
Artista comprometido, Yves Montand militó en el partido comunista francés hasta finales de los 50, y prefirió implicarse en proyectos cinematográficos de calado social y político; así, en los años 60 y 70 se labró fama internacional por sus interpretaciones en filmes de Costa Gavras como Z (1968), La confesión (1969) y Estado de sitio (1973). Simone Signoret, su esposa, fue también su pareja en muchas películas.
Otros títulos destacados de su filmografía son La guerra ha terminado (1966), Vivir para vivir (1967), Círculo rojo (1971) y El manantial de las colinas (1986). De su faceta como cantautor merecen señalarse Une bicyclette y Les feuilles mortes como sus canciones más recordadas.
Yves Montand Les Feuilles Mortes
«Las Hojas Muertas» es la obra más reconocida de Yves Montand. En 1946, actúo en la película «Les Portes de la Nuit» dirigida por Marcel Carné con el guion del poeta Jacques prevert. En esta canción, Yves Montand interpretó por primera vez su canción «Les Feuilles Mortes». Desde su origen, fue una canción que consiguió enamorar a todo el público por su delicadeza, sensibilidad y por una instrumental a piano que embelesó a todos los críticos de cine que la escucharon por primera vez.
Aunque ya todos eran conscientes de la elegancia de Yves Montand, con la obra «Les Feuilles Mortes» no hizo más que demostrar y sentenciar todo lo que ya se sabía. El arte de este hombre era inconmensurable. Era capaz de traspasar la pantalla y dejar a su público boquiabierto.
A día de hoy es la obra musical más apreciada del artista.