“Volvería donde te encontré, siempre volvería…” al concierto de Marta Soto.
Era la primera vez que pude ver en directo a la joven onubense y qué grata sorpresa. Bajo las luces que iluminaban ese escenario en plena noche veraniega, la artista llegó a Majadahonda para presentar su último disco “Todo lo que tengo”. Sin duda, un título que ya augura un concierto lleno de sensibilidad, de emoción y también de mucho ritmo.
Marta lo da todo sobre el escenario. Es una verdadera máster de los melismas y, aunque muchos puedan pensar que es tan solo un detalle más de la voz de un artista, conseguir unos resultados perfectos y limpios después de 1 hora y media de concierto, no es nada fácil. Pero más allá de estos, su voz sonaba como la propia grabación del disco. Un directo vocalmente excepcional y que, por ser perfecto no dejaba de lado los sentimientos a veces imperfectos que todos vivimos y ella refleja en sus canciones.
No hay medias tintas en las canciones de Marta Soto. “No fue culpa de nadie” es una prueba de ello. Una artista preguntando ante todo su público en qué momento todo cambió, “¿dónde estabas tú” ¿qué esconde el amor?”. Una canción que reconoce que “el amor es la prisión y al mismo tiempo libertad” y que cuando se marcha deja un hueco que nadie sabe explicar.
Y ante ese hueco, Marta recurre también a la amistad. “Podrás contar conmigo” es uno de los tracks de su último disco. Una canción que comparte junto a Miriam Rodríguez y que levanta al público con los primeros acordes. Es pegadiza, tiene ritmo y dan ganas de bailarla junto a tu mejor amigo, ponerla en bucle y dedicaros muchas de sus palabras. Palabras que cuando falten, podrás contar con las de Marta.
«Todo lo que tengo» de Marta Soto es tener mucho y dar el doble
Entre canción y canción, el público pudo disfrutar de una artista sincera que se preocupaba de cada uno de los asistentes, de cómo lo pasaban y que con mucho arte andaluz, reconocía estar muriendo de calor por las altas temperaturas. Un desparpajo que levanta la risa y el humor de quien la ve y que, desde luego, fomenta el querer seguir pasándolo bien al ritmo que marca toda su banda. A quien Marta, en varias ocasiones, pone el foco y destaca la importancia que tiene cada uno de ellos para ella.
Tras terminar su concierto, no se hizo mucho de rogar un “bis” ante las peticiones del público que acudió. Faltaba por cantar dos grandes canciones de su repertorio. “Entre Otros Cien” y “Quiero Verte” fueron las encargadas de bajar el telón de un concierto que fue creciendo poco a poco. Como las mejores historias de amor. Que empiezan desde abajo, que van descubriéndote y desnudándote el alma cada día más, y acaban en una explosión de felicidad nunca antes conocida.
Yo me quedo con la canción con la que empieza esta reseña musical. “Volvería” levantó al público como ninguna de las otras canciones. Y yo creo que Marta lo notó porque se la veía vibrar al interpretarla.
Y es que sin duda “Volvería” a escucharla en directo. Porque “Todo lo que tengo” es un gran disco. Es un gran llamamiento a la sinceridad sin miedos. En un álbum en el que Marta Soto se entrega por completo.
Y qué gusto da escuchar canciones que SÍ dicen algo. Qué gusto ver que hay música que sigue mereciendo la pena.